En Brisas del Carmelo, Santa Tecla, con motivo del retiro de sacerdotes de septiembre de 2006, empezamos a concretar el sueño del Primer Congreso Misionero Salvadoreño. Un proyecto de tal magnitud no podía realizarse sin la participación activa del presbiterio salvadoreño; por ello se les pidió su opinión acerca de la posibilidad de realizar un congreso misionero a nivel nacional. Los sacerdotes presentes en el retiro venidos de todas las ocho diócesis, se mostraron muy entusiasmados con la idea y no solo eso sino que a la vez sugirieron la necesidad de planificar algo pudiese animar e impulsar la acción misionera ya que somos un “país con poca tradición misionera.” Para ello era necesario tener objetivos claros y diseñar unas estrategias que garantizaran el éxito de este proyecto. Un aspecto de especial importancia era el animar a los párrocos y a los vicarios foráneos para que asumieran esta iniciativa como algo propio y así lo impulsaran en las parroquias y en las vicarías, concretizando de esta manera el espíritu eclesial Misionero.En noviembre de ese mismo año en el Consejo Nacional de Misiones (CONAMI), se elaboró un anteproyecto del Congreso Misionero, el cual fue presentado en enero de 2007 a la Conferencia Episcopal de El Salvador, el cual fue aprobado por unanimidad. Con el tema “Parroquia Comunidad Misionera” para llevarse a cabo del 16 al 18 de mayo de 2008. El consejo Nacional de Misiones (CONAMI) y las Obras Misionales Pontificias (OMP); acogieron con amor, entusiasmo y entrega la gran misión de preparar y llevar a efecto el Primer congreso Misionero Salvadoreño.
El 24 de febrero de 2007, en el Seminario central San José de la Montaña, fue la primera reunión para formar las comisiones del Primer Congreso Misionero Salvadoreño (COMSAL I); asistieron Vicarios de Pastoral, Directores diocesanos de Obras Misionales Pontificias y un buen número de sacerdotes, religiosos (as), laicos y laicas y todos con el mismo objetivo: colaborar activamente en la preparación y ejecución del COMSAL I. Siendo esta la primera reunión, comenzó un intenso trabajo, que género abundantes frutos desde sus comienzos. Es importante mencionar que este trabajo provoco una dinámica de trabajo que empujo a la unidad de todo un país para el éxito de este evento y que todos asumieron con responsabilidad
Es importante destacar que en un ambiente de hermandad y espíritu de cooperación se define el lema del Congreso: “Parroquia Misionera, más allá de las fronteras”. El tema del congreso: “Parroquia Comunidad Misionera”, había sido presentado a la Conferencia Episcopal y aprobado con antelación.
El 13 de junio de 2007, la Conferencia Episcopal de El Salvador hizo el anuncio del Primer Congreso Misionero. Los pastores de la Iglesia salvadoreña nos hicieron recordar nuestro compromiso bautismal por el que todos somos invitados a participar de la misión de Jesucristo. En sintonía con la conferencia de Aparecida nos dijeron: “¡Que nadie se quede de brazos cruzados! Ser misionero es ser anunciador de Jesucristo con la creatividad y audacia en todos los lugares donde el Evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, en especial en los ambientes difíciles y olvidados y más allá de nuestras fronteras.” Este anuncio fue leído en la mayoría de las parroquias del país yse difundió por diferentes medios católicos de comunicación social. Así todo el país quedó enterado del gran acontecimiento eclesial que estaba marcha.
El trabajo no se detuvo, fue siempre tesonero y arduo. Cada comisión sostenía sesiones de trabajo para llevar adelante las tareas propias que se les habían encomendado, luego sosteníamos reuniones conjuntas de todas las comisiones para compartir los avances del trabajo, recibir sugerencias y definir los siguientes pasos a emprender. Los meses previos al congreso fueron particularmente intensos, era mezcla de entusiasmo, nerviosismo, esperanza y alegría porque se llegaba el momento de dar a luz un proyecto que se había acariciado y gestado con amor y dedicación.