Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados. La ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se ecotraba mal de diversas enfermedades y expulsó a muchos demonios” (Mc 1,32-34)
La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo tiene como objetivo manifiesto, sensibilizar al Pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos: ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento; hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas; favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado, recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos.” (Carta al Card. Angelini, 13 de Mayo de 1992)
Hay muchas acciones que emprender o potenciar, pero ante todo es preciso comprometer toda la fuerza evangelizadora que le de sentido y solución al dolor, al sufrimiento, a la enfermedad, en el contexto de la salvación integral.
“Es menester pues que a la cruz del calvario acudan idealmente todos los creyentes que sufren en Cristo, especialmente quienes sufren a causa de su fe en el Crucificado y Resucitado, para que el ofrecimiento de sus sufrimientos acelere el cumplimiento de la plegaria del mismo Salvador por la unidad de todos. Acudan también allí los hombres de buena voluntad, porque e la cruz está el “Redentor del Hombre”, el Varón de dolores, que ha asumido en sí mismo los sufrimientos físicos y morales de los hombres de todos los tiempos, para que en el Amor puedan encontrar el sentido salvífico de su dolor y las respuestas a todas sus preguntas” (SD 25).
“Con María, Madre de Cristo, que estaba junto a la cruz, os detenemos ante todas las cruces del hombre de hoy” y en sus manos de Salud de los Enfermos, depositamos confe y amor la acció pastoral renovada del Sacramento de Unción de los Enfermos” (SD 25 y 31)
Con esta carta llega la gran noticia de la institución por el Sumo Pontífice de la “Jornada Mundial del Enfermo” para el día 11 de Febrero de cada año. (Tomado de la Carta Pastoral, Monseñor José de Jesús Pimiento R. Págs 61-62)
Damos algunas sugerencias prácticas para la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo:
*Visitas de los sacerdotes y agentes de pastoral parroquial a los enfermos y a sus familias. Esto implica:
*Atención espiritual
*Dar al enfermo oportunidad para ser escuchado
*Estar atento a las necesidades que experimente el enfermo, atención médica, hospitalaria.
*Preparar personas al servicio misionero de los enfermos.
*Celebrar la Eucaristía por y con los enfermos de la parroquia, con la celebración del sacramento de la Unción de los Enfermos
*Interesarse por los enfermos, ancianos y limitados físicos que están en hospitales y otros centros de salud. *Animándolos a ofrecer sus oraciones y sacrificios por las misiones
En nuestras parroquias, preparemos con mucha dedicación y celebremos con entusiasmo esta Jornada Mundial del Enfermo. Las principales iniciativas y las mejores colaboraciones vendrán de ellos mismos. La familia celebrará la jornada unida a su enfermo.