Cuarta Semana
“La Pasión del Misionero es el EVANGELIO”
Objetivo de la Semana:
Suscitar entre todos nosotros la apertura para escuchar la voz de Dios, que llama y envía a la misión. Para ello se recomienda participar en actividades de formación misionera, celebrar algún encuentro con misioneros, estar atentos y disponibles a la llamada de Dios, y mantener vivo el interés por las necesidades de la Iglesia a la hora de llevar el mensaje de salvación.
Veamos la realidad:
En nuestra vida el día a día nos va envolviendo con las múltiples tareas y trabajos cotidianos; así cada uno realizamos miles de actividades y se nos olvida lo esencial, el llevar el Evangelio que es Cristo al mundo entero. La catequesis de hoy nos habla que La Pasión del misionero es el Evangelio, pero vale preguntarnos ¿Que entendemos por pasión?; La pasión la vamos a entender en este día como eso que nos hace existir, que nos motiva a hacer algo, a hacer que pase, a hacerlo bien, a conseguir ese detalle que nadie ve, ese deseo de hacer, ese sentido de pertenencia que tenemos por algo, en este sentido hablamos de pasión, bajo esta linea preguntemos ¿Cual es mi pasión? O ¿mis pasiones?.
En el mundo actual se habla de la pasión del futbol, los medios de comunicación y la globalización desenfrenada en la realidad de la vida de consumo que vivimos, muchas veces incitan a caer y configurar nuestra vida a la pasión por los deseos de la carne; como pasión por otra personas, por el alcohol, por las drogas, las novelas, el dinero, el poder; incluso hasta por el celular, las redes sociales, el chat y el internet, en fin; nos bombardean y si nos tenemos cuidado podemos caer en la invitación a enfocar nuestra vida en cosas vanas y sin sentido. Volvamos a preguntarnos. ¿Cual es mi pasión? ¿Cuál es la pasión de nuestra comunidad?
Juzguemos:
El Papa Francisco nos dice en su mensaje esta año para las misiones: “Queridos hermanos y hermanas, la pasión del misionero es el Evangelio. San Pablo podía afirmar: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor. 9,16). El Evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres.” Él nos recuerda como el Evangelio debe ser el que gobierne nuestra vida, y cuando hablamos del Evangelio debemos entender que estamos hablando no del libro como tal, sino de una persona CRISTO, que es la plenitud de la revelación del Padre en quien todo esta dicho y nos invita a vivir en el AMOR. Es vivir configurados en Cristo, es SER como Cristo, VIVIR con Cristo y AMAR como Cristo, está debe ser nuestra pasión, el que cada día nuestra acciones hable de Cristo a los demás, llevando la alegría y la liberación de la tristeza, esclavitud y egoísmo que el pecado da al mundo. Y es por ello que los invitamos a dialogar con las siguientes preguntas:
- ¿Qué me dice a mí este texto del Papa Francisco?
- ¿Siento pasión por Cristo y el anuncio de la buena nueva? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
- ¿Mis acciones del día a día hablan del AMOR de Dios a los demás?
- ¿Es nuestra comunidad apasionada por el Evangelio?
- ¿Qué hacemos como comunidad para llevar la alegría del Evangelio a los demás?
- ¿Qué acciones concretas nos proponemos a realizar para vivir en el AMOR de Cristo y llevarlo a los demás?
Actuemos:
El compromiso misionero de llevar a Cristo a todas las personas y ser apasionados por el Evangelio no solo puede quedar como parte del estudio de este mes misionero, sino que debe gobernar desde hoy nuestro modo de vivir. Es importante recordar como dice el Papa Francisco que: “Todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal”; es decir como Obispo, sacerdote, religioso, religiosa, diácono, seminarista, o laicos debemos vivir en plenitud este compromiso misionero y en todos los ambientes que nos desvolvamos: la familia, el estudio, el trabajo, las actividades pastorales, el trato del día a día a las demás personas. Así mismo orar por que Dios envíe “Obreros a su mies” y surjan mas vocaciones Ad gentes que estén dispuestas a ir mas allá de las fronteras a proclamar el Evangelio.
Celebremos:
- Pediremos al Señor por las vocaciones (nuevas y actuales) mediante rosarios misioneros, horas santas, Eucarísticas y en cada encuentro de nuestra comunidad, grupo o movimiento.
- Proponer una reflexión personal y grupal en mi familia y comunidad sobre lo que implica: “Ser Apasionados por el Evangelio”.
- Profundizar en la vida de los santos (como por ejemplo: Santa Teresita del Niño
- Jesús o de San Francisco Javier) para que nos motiven a vivir nuestra primera vocación a la santidad y misionera.
- Seguir reflexionando sobre la misión y la cooperación con las misiones.
- Organizar misiones en cada parroquia casa por casa.
- Finalizar el mes de las misiones con una Eucaristía con símbolos misioneros.