LITURGIA PARA DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES
18 DE OCTUBRE DEL 2015
Monición de Entrada
El día del Domund es una fecha muy especial para recordar a nuestro ser como misioneros y misioneras y es un día especial para renovar nuestro compromiso de colaborar con las Misiones. Cada año el Papa nos inspira con un mensaje; de este, las OMP han propuesto un tema general, que para este año es: “LA MISIÓN ES DAR LA VIDA POR CRISTO Y POR SU PUEBLO”, y el lema: “¡Si tienes a Cristo en el corazón, ayuda a la misión!” Motivándonos a todos a que vivamos este DOMUND teniendo a Cristo en el centro de nuestra vida y cooperemos con las misiones.
Primera Lectura (Isaías. 53,10-11)
Dios quiere la salvación de los hombres y mujeres del mundo. Por eso nos envió a Jesús para ayudarnos. Esta lectura proclama la parte final del cántico del Siervo de Yahvé. El profeta Isaías presenta al siervo que entrega su vida en expiación. Su entrega es fecunda porque ha dado vida a otros. Aquí ya se está anunciando la presencia nueva y definitiva del Siervo, que es Jesús de Nazaret.
Segunda Lectura (Hebreos 4, 14-16)
La carta a los Hebreos sigue presentándonos al Sumo Sacerdote, a Cristo el Señor. Y es que nuestro Dios es un Dios que se compadece de nosotros. Nos envió a su Hijo para que nos precediera y mostrará el camino. Toda su vida, su entrega, su Pasión, muerte y resurrección, son nuestra mejor intercesión ante el Padre-Dios. Acogemos esta hermosa y profunda reflexión.
Evangelio (San Marcos 10, 35-45)
El “Siervo de Yahvé”, presentado por Isaías en la primera lectura, ahora lo encontramos actuando y ofreciendo a sus seguidores el camino que lleva a la vida. Y no deja lugar a dudas: “El que quiera entre vosotros ser grande, que sea vuestro servidor”, es la propuesta de nuestro Maestro y Amigo Jesús. Acogamos su mensaje.
Oración de los fieles
Todos juntos vamos a pedir a Dios por los Misioneros y Misioneras del mundo, por sus familias y por todos nosotros:
- Te pedimos, Señor, por la Iglesia. Por el Papa y los Pastores que la dirigen, para que sean fieles al Mensaje evangélico misionero de Jesús. Roguemos al Señor.
- Te pedimos por los misioneros y misioneras que llevan el
- Mensaje de Jesús a los que aún no han oído hablar de Ti y lo respaldan con el ejemplo de su vida. Roguemos al Señor.
- Te pedimos por las familias de los misioneros y misioneras que han sabido desprenderse con generosidad de sus hijos y hermanos para que ayuden a los demás y sean felices en la vida. Roguemos al Señor.
- Te pedimos por todos los que nos hemos reunido hoy aquí. Ayúdanos para que seamos generosos ayudando a los que entregan su vida a favor de los más necesitados. Roguemos al Señor.
Ofertorio:
Con un corazón universal, en este Domingo Mundial de las Misiones, queremos ser Misioneros a favor del mundo entero.(Para este momento además del vino y el pan se propone que una persona lleve la bandera del Continente) Te presentamos, Señor el Continente de:
- EUROPA: Con estas Hostias y el Vino presentamos al Continente de Europa. Por tu sacrificio redentor, derrama sobre sus Países abundantes gracias de fe, de conversión, de Nueva Evangelización.
- ASIA: Con este Incienso queremos simbolizar las culturas de Asia. Permite, Señor, que allí donde están presentes tantas Religiones, tu Evangelio sea conocido, amado y vivido por muchos.
- ÁFRICA: Con la Luz de este cirio nos unimos al África. Haz, Señor, que el Evangelio penetre toda su cultura, para que un día sus pueblos puedan vivir con dignidad, justicia y en paz.
- OCEANÍA: Con estas Flores saludamos a los pueblos de Oceanía. Concede, Señor, a sus muchas Islas suficientes Misioneros para que tu Evangelio se convierta un día en su máxima alegría.
- AMÉRICA: Con este Corazón identificamos a América. Danos a todos un corazón Misionero, para continuar con la gran Misión Continental, de modo especial en El Salvador.
Antífona de la comunión
Mc16,15: Vayan por todo el mundo a proclamar la Buena Nueva a todas las naciones, dice el Señor
Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que la participación en tu mesa nos santifique, y que la redención que tu Hijo consumó en la cruz sea recibida con gozo en todo el mundo por medio del sacramento de tu Iglesia, por Jesucristo, nuestro Señor.