Nació el Limone, Italia, de una humilde y numerosa familia de la cual sólo sobrevivió Daniel. A pesar de ser el hijo único, cuando Daniel decidió dedicar su vida a la evangelización de los africanos, sus padres no se opusieron, aunque les supuso un doloroso sacrificio.
Primero obispo del África central se somete a una vida de continuos martirios y sacrificios extenuantes por extender el reino de Dios.Debilitado por la enfermedad, agobiado por el calor de los trópicos Y el sudor de las fiebres, antes de exhalar su último aliento, levanto la mano y bendijo sus compañeros, diciéndoles: "no temáis, yo muero, pero mi obra no morirá."