Valorar la dimensión redentora y salvífica del sacrificio y del sufrimiento es el principal objetivo de esta semana. Así, se nos mueve a unir a la Cruz de Cristo y ofrecer por la evangelización del mundo nuestras obras de penitencia y la aceptación de nuestros dolores.
En este camino también se nos invita a contemplar la vida de Jesús, a conocer y valorar la vida de sacrificio y entrega de los misioneros, y a amar y cuidar a los enfermos acompañándoles y compartiendo con ellos. "Es allí, en la Cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora que es el amor", explicaba el Papa Benedicto XVI.