Todos los donativos son recibidos por las Obras Misionales Pontificias (OMP). En el primer momento llegan a las OMP diocesanas, y desde ellas se envía a OMP El Salvador. Este dinero pasa a formar parte del Fondo Universal de Solidaridad formado por las aportaciones de todos los países, que se ponen a disposición del papa para ayudar a las necesidades de los territorios de misión. La Asamblea General de las OMP se reúne en mayo en Roma. Estudia todas las solicitudes de ayuda recibidas y decide cómo se reparte equitativamente el dinero del fondo entre los 1103 territorios de misión.
La Secretaria General indica a OMP El Salvador donde debe enviar el dinero recaudado. Siempre se deja una cantidad reservada para posibles emergencias. Las OMP envía el dinero a los territorios de misión a través de las Nunciaturas Apostólicas, desde donde llega inmediatamente a sus destinatarios. Los destinatarios envían un acuse de recibo, y dan cuenta del dinero recibido con justificación documental y testimonios de gratitud.