Las Obras Misionales Pontificias (OMP), por el carisma que las caracteriza, están atentas y son sensibles a las necesidades de los territorios de misión y, en particular, a los grupos humanos más pobres. Son instrumentos de comunión entre las Iglesias, favoreciendo y poniendo en práctica el intercambio de personas y recursos económicos. Están comprometidas en el apoyo a los seminaristas, presbíteros y religiosas de las jóvenes Iglesias de los territorios de misión en los Colegios Pontificios.
Frente a esta tarea tan hermosa e importante que tenemos ante nosotros, la fe y el amor de Cristo tienen la capacidad de empujarnos a todas partes para anunciar el Evangelio del amor, de la fraternidad y de la justicia. Y esto se hace con la oración, con la valentía evangélica y con el testimonio de las bienaventuranzas.