DOMUND, ¡Fiesta de la catolicidad y de solidaridad universal!

«Celebraremos la Jornada Mundial de las Misiones, como gran fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal. La colecta de ese día se destina al fondo universal para las misiones más necesitadas. Pero no solo en esa fecha, sino durante todo octubre, llamado “Mes de las Misiones” se intensifica mundialmente la animación misionera a fin de revitalizar el Espíritu Misionero en los fieles con gestos de solidaridad para que el Evangelio se pueda proclamar a todos los hombres». El P. Timothy Lehane Barrett, SVD, Secretario General de la Obra Misionera Pontificia de la Propagación de la Fe

HISTORIA

Cuando el Cardenal-arzobispo de Milán, Aquiles Ratti, es elegido Papa en 1922, con el nombre de Pío XI, ya se lo conocía como un gran promotor de las misiones. En su diócesis había instituido un activo secretariado diocesano de Misiones haciendo conocer en toda su diócesis la Obra de la Propagación de la Fe. También había establecido una jornada anual, que debía celebrarse en todas las Parroquias e instituciones religiosas de la diócesis. A las pocas semanas de su elección como Papa (3 de mayo de 1922), promulga como Pontificia a la Obra de la Propagación de la Fe, junto con la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol, declarándolas instrumento principal y oficial de la cooperación misionera de toda la Iglesia católica.

En febrero de 1926, publica la célebre encíclica Rerum Ecclesiae, en la que reafirma la importancia y urgencia de los objetivos misioneros programados al principio de su Pontificado y manifiesta su resolución inquebrantable de acortar las etapas para su realización. “La Iglesia -afirma en esta encíclica- no tiene otra razón de ser sino la de hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, dilatando por todo el mundo el reino de Cristo”. Y es, precisamente en este año, cuando va a tener lugar otro hecho significativo: La institución de la jornada misionera de octubre. Las OMP desde su promulgación como Pontificias en 1922, se habían ido desarrollando, bajo el impulso de sus consejos generales y de sus direcciones nacionales y diocesanas, en muchos países.

Así, en este clima tan favorable, surge en el Consejo General de la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe (algunos creen que por determinación del mismo Pontífice) la iniciativa de celebrar una Jornada Mundial de las Misiones, que ayudara a recordar a todo el Pueblo de Dios, su corresponsabilidad en la misión universal de la Iglesia.

Se proponían 5 objetivos:
1) Promover la oración por las misiones.
2) Dar a conocer la situación de la misión en todo el mundo.
3) Favorecer la animación misionera de los sacerdotes y el entero Pueblo de Dios.
4) Dar a conocer la Obra de la Propagación de la Fe
5) Promover la cooperación económica como ayuda concreta a las misiones.

El Domingo Mundial de las Misiones en la Iglesia

El Papa Pablo VI definía la Jornada Mundial de las Misiones como «un acontecimiento de gran relieve en la vida de la Iglesia”; una “genial intuición de Pío XI”; una “ocasión para hacer sentir su vocación misionera a la Iglesia, a nuestros hermanos en el episcopado, al clero, a los religiosos y religiosas y a todos los católicos”; una “poderosa e insustituible ayuda para las Misiones”; un “ acrecentamiento de la fe tanto en las Iglesias de antigua cristiandad, como en las jóvenes Iglesias”.

En el mensaje que en 1972 dirigió Pablo VI al Cardenal Renard, arzobispo de Lyon, con motivo del Congreso Internacional de las OMP, refiriéndose a la Colecta Mundial de las Misiones, decía: “ Estas jornadas seriamente preparadas permiten a los cristianos una mirada nueva sobre las Misiones… Examinar la evangelización local y evangelización lejana en una misma pastoral misionera, cuya única fuente es Cristo”. Hasta la actualidad todos los Romanos Pontífices también han elaborado sus mensajes y discursos de cada año, para la Jornada Mundial de las Misiones, recordando esta fecha tan importante para la Iglesia (Ver pag. 5 de esta revista) además de recordar que las Obras Misionales son el instrumento de la Iglesia que ayuda a canalizar la cooperación misionera que se le pide a cada comunidad.

El Papa Francisco también ha recordado que: «Nosotros estamos llamados a abrirnos cada vez más a la acción del Espíritu Santo, a ofrecer toda nuestra disponibilidad para ser instrumentos de la misericordia de Dios, de su ternura y de su amor por cada hombre y mujer, sobre todo por los pobres, los excluidos, los que están lejos. Y esta para cada uno de los cristianos, para toda la Iglesia, no es una misión facultativa, sino esencial. Como decía San Pablo: «Anunciar el Evangelio no es para gloriarme, sino un deber ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1 Cor 9,16). La salvación de Dios es para todos! » en su discurso a los directores de OMP en Roma este año.

La Colecta Mundial de las Misiones nace con algunos elementos que la caracterizan:
• La universalidad de la misión.
• La corresponsabilidad misionera de todo el Pueblo de Dios.
• La cooperación espiritual y material a las misiones.
• Su estrecha vinculación con la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe
• La cooperación con las misiones no es cosa de un día

Hace algunos años la cooperación espiritual y material con las misiones parecía que era solamente para el mes de octubre o para el Domingo Mundial de las Misiones. Ahora sabemos que cuando hablamos de cooperación con las misiones, nos referimos a la responsabilidad misionera de todo el Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, cada uno según su vocación (AD 28, LG 17, PO 2) y esto no puede ser cosa de una vez al año.

Es importante tomar conciencia que hoy, cuando el documento de Aparecida nos habla de construir una «parroquia misionera», no solamente celebremos de la mejor manera posible el Domingo Mundial de las Misiones una vez al año, sino que nos esmeremos en profundizar en que la animación, formación y cooperación misionera, sean parte «vital» en el plan anual de pastoral misionera de nuestras parroquias.

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