“La familia está llamada a ser signo misionero para los alejados, para las familias que no creen todavía y para las familias cristianas que no viven consecuentemente la fe recibida”. (Juan Pablo II, F.C. 54)
Queremos ser familias que crezcamos interiormente, nos proyectemos sirviendo en nuestra comunidad y vayamos a evangelizar "a todas las gentes". Para ello, vivimos y realizamos lo siguiente:
1.- PARA SER FAMILIA MISIONERA DENTRO DE NUESTRO PROPIO HOGAR:
- Ser verdadera comunidad de vida y de amor.
- Tener a Dios Amor como centro del hogar.
- Transmitir y cuidar responsablemente de la vida d todos sus miembros.
- Apreciarnos y ayudarnos a progresar integralmente como personas y como cristianos.
- Compartir lo que somos y lo que tenemos
- Comprendernos, reconciliarnos y reflejar en familia el amor de Dios.
- Ser Iglesia en pequeño: comunidad eclesial, viva, dinámica y misionera..
- Compartir la educación en la fe para crecer en ella.
- Compartir en familia la Palabra de Dios, la Eucaristía y la oración.
- Animarnos los unos a los otros para acrecentar nuestro espíritu y servicio misionero universal.
- Formarnos para servir mejor a los demás más allá de nuestras fronteras.
- Realizar nuestro encuentro semanal de familia, en el cual escuchamos la Palabra de Dios, compartimos las experiencias de familia y nos preparamos par servir a otras familias. Aprovechar los guiones y otros materiales misionero elaborados para nuestro crecimiento como familia misionera.
2.-PARA SER FAMILIA MISIONERA EN NUESTRA COMUNIDAD:
- Ayudar a otras familias para que sean verdaderas comunidades de vida y amor.
- Compartir nuestro pan y nuestra fe con las familias más necesitadas. Llevarles la Palabra, la vida nueva y el amor de Dios.
- Anunciar el Evangelio a familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, compañeros de estudio y a otros hermanos de la comunidad.
- Compartir la oración con familiares y amigos.
- Animar a otros familiares y amigos para que sean buenos misioneros.
- Colaborar con la pastoral de la parroquia.
- Apoyar la formación y el servicio de las vocaciones misioneras.
3.- PARA SER FAMILIA MISIONERA HACIA TODAS LAS GENTES.
- Vivir en comunión con toda la Iglesia
- Tener un corazón misionero universal para servir a todas las gentes.
- Ofrecer nuestro testimonio de vida cristiana por las misiones y por los misioneros.
- Ofrecer, cada día, oraciones y sacrificios por la misiones del mundo entero.
- Contribuir con nuestra generosa ofrenda económica a las necesidades de los misioneros y de las misiones católicas.
- Salir a evangelizar al lugar donde Dios nos envíe, más allá de nuestras fronteras.
Ayudar a otros hermanos a que realicen servicios misioneros, sobre todo, para apoyar la evangelización de los no cristianos (misión ad gentes).