- Reforzar la vida cristiana y la formación misionera de los jóvenes.
- Apoyarse mutuamente en el cultivo de la vocación misionera.
- Promover la cooperación espiritual y material para la evangelización universal de los no cristianos.
- Fomentar y vivir el espíritu misionero en cada uno de sus miembros, en sus familias y con los demás jóvenes.
- Salir a evangelizar más allá de sus fronteras, conforme a sus posibilidades y a su propia vocación de cada uno de los jóvenes que la conforman.-