Preparad vuestros corazones,
y Dios los llenará con su alegría.
Allanad vuestros caminos,
y el Señor os conducirá hacia la verdad.
Abrid vuestros hogares,
y Jesús, los inundará con su presencia.
¡Es Adviento!
Viene el Señor y, tal vez,
no nos preguntamos por qué ni para qué viene.
Aparecerá, el Señor, por y para los hombres
de buena voluntad.
Para todo aquel que, mirando hacia el cielo,
desee nueva vida y un amor de infinito valor.
¡Es Adviento!
Preparad vuestros corazones,
y Dios los llenará con su alegría.
Allanad vuestros caminos y,
el Señor, os conducirá hacia la verdad.
Abrid vuestros hogares y,
Jesús, los inundará con su presencia.
¡Es Adviento!
Dios y el hombre, por iniciativa del primero,
están llamados a fundirse en un Jesús humanado.
Dios, en búsqueda del hombre,
desciende a su encuentro si sabe esperarle.
¡Es Adviento!
Y, sólo velando, meditando, reflexionando,
divisando el inmenso horizonte,
podremos descubrir y añorar la llegada del Salvador.
Sólo estando atentos, sin distracciones,
sin excusas…en permanente vigilancia,
podremos comprender que, más pronto que tarde,
el Señor se presenta en la puerta.
¡Es Adviento!
Es Dios que llama al hombre a la LUZ.
P. Javier Leoz
Fuente : Camino Misionero
El Adviento está relacionado directamente con la misión, pues durante los largos siglos que la Humanidad esperó, los profetas fueron anunciando al pueblo de Israel la llegada del Mesías Liberador. Fue un tiempo de misión en el que el pueblo se preparaba para este gran acontecimiento. Desde la primera venida de Jesús, la Iglesia sigue en permanente estado de misión. Sus misioneros proclaman hoy la verdad de la Fe en los pueblos y culturas donde aún no se conoce el misterio del Nacimiento de Jesús. Jesús nació para toda la humanidad, pues la Humanidad es la familia de Dios, pero hay muchos pueblos que aún no han oído hablar de Dios, porque no han tenido la oportunidad de conocerlo mejor para aceptarlo como el Señor de su vida. Esas personas están a la espera de que alguien les anuncie la Buena Nueva y les comparta el mensaje de vida que trae Jesús. Hoy podemos ser los precursores del Señor, como Juan Bautista, que anunciaba la presencia de Jesús en medio del pueblo.
Adviento tiene como finalidad el preparar el camino del Señor. El misionero prepara a la gente para que conozcan mejor a Jesús y formen parte de la Iglesia de los hijos e hijas de Dios. Como Discípulos y Misioneros de Jesús en el mundo de hoy, tenemos en el Adviento la maravillosa oportunidad de "escuchar la Palabra, aprender del Maestro para anunciar por el mundo el amor".