Misa por la evangelización de los Pueblos
Monición de entrada
Hoy estamos recordando y celebrando la vocación misionera de la Iglesia con el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) Le pediremos al Señor que nos ayude a vivirla plenamente. Hemos de realizar hoy la tarea evangelizadora, primeramente por el anuncio directo del Evangelio con todos los medios a nuestro alcance: palabra (evangelización, homilía, catequesis), liturgia, medios de comunicación social (prensa, radio, televisión, Internet), literatura, arte, fiesta y convivencia. En un segundo lugar, el anuncio y la palabra han de ir acompañados con el testimonio de la vida y de los signos, es decir, con el compromiso de los cristianos por la promoción humana desde su dignidad de persona a su condición de hijos de Dios y hermanos de los demás. Pónganse de pie para que comencemos nuestra liturgia.
Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de tu Hijo perdure hasta el fin de los tiempos, haz que tus fieles caigan en la cuenta de que están llamados a trabajar por la salvación de los demás, para que todos los pueblos de la tierra formen una sola familia y surja una humanidad nueva en Cristo.
Monición – Primera Lectura- Del libro del profeta Isaías (56, 6-7)
El profeta Isaías está convencido de que está a punto de llegar la justicia y la salvación de Dios. Por esta razón invita al pueblo a la acción, practicando el derecho y la justicia: “Velen por los derechos de los demás. Practiquen la justicia”.
Salmo Responsorial (Salmo 66)
Unámonos con el Salmista reconociendo que en Dios esta nuestra verdadera alegría y juntos digamos “Que todos los pueblos alaben al Señor”
Monición – Segunda lectura – De la primera epístola a Timoteo (2, 1-8)
San Pablo exhorta a su amigo Timoteo y a la comunidad a que se hagan oraciones no sólo por sus propios miembros, sino por todos los hombres y por la sociedad en general. Debemos pedir por todos los hombres, reconociendo que el plan de Dios es un plan de salvación universal. Escuchemos la recomendación del Apóstol.
Evangelio- Del evangelio según san Mateo (28, 16-20)
R. Aleluya, aleluya
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Aleluya, aleluya
Oración de los fieles
La primera misión era anunciar que el Reino de los cielos está cerca. La nueva misión consiste en hacer discípulos del Señor en todos los pueblos de la tierra. Presten atención a este mensaje que nos presenta san Mateo. A cada invocación vamos a responder: R. “Escúchanos, Señor”
· Unámonos en oración para que en nuestro país y en todo el mundo crezcan la paz, la generosidad, la justicia, el bienestar para todos. Oremos.
· Unámonos en oración para que los cristianos sepamos testimoniar el amor y la esperanza que Dios ha puesto en nuestros corazones. Oremos.
· Unámonos en oración para que aquellos que no conocen a Cristo Jesús puedan llegar un día a descubrir el gran tesoro de la fe. Oremos.
· Unámonos en oración para que el trabajo evangelizador de los misioneros lleve el amor y la esperanza a los pueblos a los que sirven y sean ejemplo para los que vivimos en tierra de tradición cristiana. Oremos.
· Unámonos en oración para que surjan las vocaciones misioneras que necesitan la Iglesia y el mundo de hoy. Oremos.
Oración sobre las ofrendas
Señor, así como aceptaste la gloriosa pasión de tu Hijo, dígnate aceptar también por la salvación del mundo, los dones y plegarias de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la comunión
Te pedimos Señor, que la participación en tu mesa nos santifique y que la redención que tu Hijo consumó en la cruz, sea recibida con gozo en todo el mundo por medio del sacramento de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Monición de salida
Nuestro compromiso misionero no termina con la Misa, pues como han dicho nuestros Obispos en Aparecida (374) como discípulos misioneros, queremos que el influjo de Cristo legue hasta los confines de la tierra. Descubrimos la presencia del Espíritu Santo en tierras de misión.