Si estás enfermo Cristo tiene para ti, una misión muy especial
Cristo te ama, por eso quiere acompañarte y ayudarte a transitar este momento de tu vida con esperanza y alegría. Jesús, el Hijo de Dios, también sufrió. La muerte en cruz de Cristo, es la solidaridad de Dios con nuestras miserias y dolores. En la cruz, Dios demostró cuánto nos ama, y que el dolor es camino de redención. Jesús sufriente, nunca explicó el sufrimiento, no lo buscó, ni lo evadió: lo hizo Salvación.
Tu vida, tu dolor, tu soledad, aceptada y unida a la pasión de Cristo, también puede tener valor de redención. Hay muchísima gente en el mundo (millones) que sufren la peor de las angustias… no conocen a Dios. Y esa angustia es peor que cualquier dolor físico, que cualquier enfermedad… porque es una enfermedad del alma. Tú desde tu cama, desde tu casa, desde donde estás… mucho puedes hacer por ellos… ¡Tú también puedes ser protagonista de la obra evangelizadora de Jesucristo! Ofreciendo cada momento, dolor, padecimiento y enfermedad que vives por las misiones.- Únete a la Unión de Enfermos Misioneros.- ¡¡Tú puedes ayudar a que esos millones que no conocen a Cristo, encuentren la felicidad!!
Testimonio de María Ángela Sorto
Ella es originaria del cantón Santa Cruz, de la Parroquia “Cristo Rey” de la diócesis de San Vicente; tiene 84 años de edad y queremos contarles que desde hace 10 años padece de Cáncer en la nariz, le comenzó siendo un lunar, poco a poco la enfermedad fue avanzando hasta que por completo perdió la nariz y parte del labio.
María Ángela expresa: “ofrezco mi dolor por las misiones, por la conversión de las personas, le he pedido a mi nieto que me haga la cruz que me pondrán en el cementerio, porque para mí la muerte no es tristeza”.
Ella alienta con su testimonio de vida a todos nosotros, en especial a los enfermos a darle una dimensión misionera al dolor.
Al ofrecer nuestro propio sufrimiento por las misiones daremos fruto. Es por eso que invitamos a todos los salvadoreños y a los miembros de la UEM a no dejarse vencer por el sufrimiento, sino más bien les animamos a aceptarlo como una tarea misionera; donde desde mi dolor ayudo a que la buena nueva de Cristo se siga difundiendo en todo lugar donde haya un misionero realizando su labor. Al mismo tiempo invitamos a todos los misioneros que esta celebración del DOMUND continúen siendo compañeros fieles del necesitado.