Celebramos la fiesta de Santa Teresa de Jesús, testigo que supo dar valor y eficacia a sus pobrezas, limitaciones y cruces. Aportó a la Iglesia, con igual decisión, su acción y su pasión, absolutamente convencida del valor fecundo y redentor de todo padecimiento, enfermedad y sufrimiento. “Concédenos, Jesús, iluminados por el testimonio de Santa Teresa, sentir el valor de toda pasión asumida, la eficacia y fecundidad de actualizar al Entregado, al «Pan partido» para la vida del mundo”.