Un año más nos preparamos para celebrar la Jornada Misionera Mundial, la cual nos invita a tomar conciencia de la “Urgencia de la Misión, que es tarea de todos. El Papa Benedicto XVI, en el mensaje de este año nos habla de la importancia de dicha Jornada, la cual “ofrece a las comunidades diocesanas y parroquiales, a los institutos de vida consagrada, a los movimientos eclesiales y a todo el pueblo de Dios la ocasión de renovar el compromiso de anunciar el Evangelio y de dar a todas las actividades pastorales un aliento misionero más amplio.” (Mensaje JMM 2010).
En El Salvador, cada vez se va despertando una mayor conciencia misionera en el pueblo de Dios, la tarea que le corresponde a las Obras Misionales Pontificias en cada país. En el nuestro, hemos unido esfuerzos con el Consejo Nacional de Misiones (CONAMI), muestra de ello es la realización del Primer Congreso Nacional Misionero (COMSAL I), en mayo de 2008 y varias actividades con ocasión del Año Sacerdotal, que clausuramos a nivel nacional el 4 de agosto, en el Multiginnasio de la Ciudadela Don Bosco.
Hemos tenido el apoyo de la Conferencia Episcopal de El Salvador, de los directores diocesanos, vicarios de pastoral y muchos sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que se han comprometido activamente en dichos eventos eclesiales.
El tema escogido por el Santo Padre para la Jornada Misionera Mundial “Queremos ver a Jesús” (Jn 12,21) esa “misma petición resuena también en nuestro corazón en este mes de octubre, que nos recuerda como el compromiso y la tarea del anuncio del evangélico compete a la Iglesia entera “misionera por su naturaleza” (ad gentes 2). Esta Jornada misionera, es una ocasión para hacer mención de los salvadoreños y salvadoreñas, que anuncia a Jesús mas allá de sus fronteras. Entre ellos hay religiosos, religiosas a los cuales han enviado en nombre de la Iglesia sus congregaciones.
Hay sacerdotes diocesanos cumpliendo con el mandato misionero en diócesis más necesitadas de clero, en Centro América y otros países del continente; hay muchos laicos y laicas que asociados a una congregación religiosa, o instituto misionero están realizando la misión Ad gentes, en nuestro continente: El Centro Misionero Ad gentes de América Central (CEMAC), quiere ser una respuesta para aquellos que han iniciado su proceso de formación misionera a nivel diocesano y nacional. Cuenta con el respaldo del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC).
En la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias que se llevo a cabo en Roma, en mayo del presente año me di cuenta de experiencias misioneras de salvadoreñas en otros continentes. El Director de OMP. De Mozambique, me platicó que conoce a una religiosa salvadoreña, que trabaja desde hace algunos años en su país. El Director de OMP de Polonia también me comento que hace algunos años conoció a una religiosa salvadoreña que trabajaba en Rusia, lamentablemente, no me dio más detalles del lugar de su Misión. El CONAMI y las OMP, tenemos el reto de hacer un directorio de todos los salvadoreños y salvadoreñas en tierras de misión. Agradeceremos toda la información que se nos pueda brindar, para mantener con ellos una comunicación misionera.
No podemos olvidar en el octubre misionero, a los sacerdotes Fidei Donum (sacerdotes diocesanos) enviados de varias diócesis a nuestro país, quienes también realizan una labor misionera fuera de sus países , los hay de Luxemburgo, Bélgica, Colombia, Estados Unidos, Italia, Supongo que hay de otros países.
También hay con nosotros muchos religiosos, religiosas y laicos de muchas nacionalidades que están aportando en la tarea misionera de la Iglesia Universal. Esperamos que los materiales para el DOMUND, que la Dirección Nacional les hace llegar sean de mucha utilidad, para el Octubre Misionero y sus actividades de Animación y Formación Misionera.
Que la Jornada Misionera Mundial que estamos por celebrar, nos haga más solidarios con aquellos que más lo necesitan y aportemos aún desde nuestra pobreza, para el fondo de Solidaridad Universal, que a través de la Obra de la Propagación de la fe, hace llegar nuestro aporte a los territorios de misión.