Catequesis Grupal: «Cultivando el amor y el entusiasmo misionero universal»

TEMÁTICA PREPARATORIA GRUPAL

“CULTIVANDO EL AMOR Y

ENTUSIASMO MISIONERO UNIVERSAL”

Sugerencias metodológicas:
ÞTener listas algunas pañoletas para el juego de ambientación. Prever la cantidad necesaria para hacer varios trenes.
ÞPrever 4 pliegos de papel bond y plumones.
ÞTener una candelita para cada asesor/catequista. Bien se las puede pedir y que la lleven decorada misioneramente.
ÞPoner el Cirio Pascual o una vela grande en un lugar visible para todos.
DESARROLLO DEL ENCUENTRO
Saludo y Bienvenida. Canto: Nos envías por el mundo (pág. 20)
Juego de ambientación: Trenes Ciegos
Desarrollo: Se forman varias filas, de acuerdo al tamaño del grupo, en las filas se vendarán los ojos al primero de cada fila, con un pañuelo, y los demás no podrán hablar, al dar la señal de inicio, deberán marchar hacia la meta señalada, con anterioridad, y deberán pasar por una serie de obstáculos que colocará el animador por el camino. Lo interesante es saber ¿qué actitudes tomamos, al dejarnos guiar por un ciego? ¿Estamos realizando de manera ciega nuestra animación y formación misionera? ¿Qué dice la gente acerca del servicio que prestamos? ¿Qué tan conscientes estamos de eso? Abrir diálogo.
Oración Inicial: Tomados todos de las manos formamos un círculo, haciendo juntos la oración del asesor misionero a viva voz:
“Señor Jesús: Yo te alabo y te bendigo por tu presencia viva en nuestros corazones,
porque tu cruz me ha sanado del pecado.
Te doy gracias porque me has escogido para ser tu apóstol y me has llamado a cultivar en mí
y en los niños el amor y el trabajo por las misiones.
Te pido que refuerces mi espíritu misionero, que anhele ir hacia mis hermanos a fin
de hacerlos discípulos tuyos.
Guíame con la luz de tu Espíritu para saber despertar en los niños que me has encomendado,
el gusto por tu evangelio así que su alegría llegue a la plenitud.
Enséñame a quererlos con el mismo amor con que tú los amas y a guiarlos con el fervor ardiente de mi juventud. Que tu amor sea mi amor. Que tu paciencia sea mi paciencia. Que tus palabras sean mis palabras.
Te lo pido a ti, enviado del Padre, con la fuerza del Espíritu, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. ”
Motivación:
La animación misionera, es un ministerio eclesial que abre las comunidades cristianas a la universalidad y provoca su cooperación misionera, sirviéndose para ello de las Obras Misionales Pontificias. Esta tarea sería imposible sin la presencia eficaz, responsable y activa de los animadores misioneros.
Ellos son el grupo de cristianos que vive su compromiso con Cristo de tal manera que son capaces de olvidarse de sí mismos para desvivirse por sus hermanos. Son una raza nueva de hombres y mujeres que se las ingenian con mucha creatividad y sacrificio para despertar a su alrededor la conciencia misionera, la ilusión por las misiones, el deseo de que la predicación del Evangelio en la avanzadilla de la Iglesia ayude al nacimiento de nuevas Iglesias locales y, con ello, se proclamen los valores del Reino de Jesucristo.
Ellos forman esa tupida y grandiosa red de caminos, de autopistas y de cauces, que llevan a tomar conciencia de que siempre es la hora de la misión, que abren nuevas perspectivas de cooperación misionera, que unen su compromiso a la vida de la Iglesia para hacerla más abierta y que acercan con su testimonio a los que se sienten llamados a vivir la misión.
Los animadores misioneros son esa red capaz de llegar a todas las comunidades eclesiales, de cualquier tipo que sean, con el fin de suscitar y fortalecer en todas ellas la conciencia misionera universal y estimularlas en la tarea de llevar el Reino de Dios a todos los pueblos del mundo.
¿Cómo definir la figura del animador misionero? Es difícil encontrar una definición, por la misma razón por la que definir la vida resulta un empeño lleno de dificultades; porque el animador, como dice la misma palabra, es vida y creador de vida. Teniendo en cuenta eso, se puede decir que el animador misionero es un agente de pastoral, integrado en la acción pastoral de su comunidad, comprometido en despertar y promover la conciencia misionera del Pueblo de Dios y en suscitar y organizar su cooperación en la empresa evangelizadora universal.
Por tanto, el animador misionero tiene una entidad pastoral propia; es alguien que desarrolla en el seno de la Iglesia una actividad inherente a la misma esencia de la Iglesia de Cristo, “toda ella misionera”.
Nosotros, como animadores de la Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera ,estamos llamados a despertar progresivamente en los niños y adolescentes y a todo el pueblo de Dios, la conciencia misionera universal, apoyándonos del Espíritu Santo, quien asiste todo esfuerzo misionero, haciendo relucir los dones y carismas que con amor Dios nos ha puesto para que le sirvamos en dar continuidad a su Obra Redentora.
“A partir de Pentecostés, la Iglesia experimenta de inmediato fecundas irrupciones del Espíritu, vitalidad divina que se expresa en diversos dones y carismas (cf. 1 Co 12, 1-11) y variados oficios que edifican la Iglesia y sirven a la evangelización (cf. 1 Co 12, 2829). Por estos dones del Espíritu, la comunidad extiende el ministerio salvífico del Señor hasta que Él de nuevo se manifieste al final de los tiempos (cf. 1 Co 1, 6-7). El Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos y valientes como Pedro (cf. Hch 4, 13) y Pablo (cf. Hch 13, 9), señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a quiénes deben hacerlo (cf. Hch 13, 2).” (DA 150)
Hemos recibido una llamada especial, así lo hemos testimoniado en nuestra oración de inicio, una llamada única que hemos sabido responder generosamente… Asesor, no dejemos que nuestra perseverancia se vea afectada por las corrientes de este mundo, estemos atentos para que nuestro optimismo, alegría y dedicación no sean debilitadas y que nunca este dañada nuestra participación en el afán de Cristo… somos vida y creadores de vida en Él. Asesor, ten siempre presente que el Espíritu Misionero nos asiste y que todo servicio es posible solo dejándole actuar en nosotros… nuestros hermanos nos motivan a retomar fuerzas para ser valientes y entregarnos con amor al servicio que hemos sido llamados, puesto que los pueblos necesitan de nosotros, de todos.
Escuchemos al Papa:
“El Espíritu de Cristo es la fuente de la renovación, que nos hace encontrar nuevos caminos, nuevos métodos creativos, diversas formas de expresión para la evangelización del mundo actual. Es Él quien nos da fuerza para emprender el camino misionero y la alegría del anuncio, para que la luz de Cristo ilumine a cuantos todavía no lo conocen o lo han rechazado… hay tanta necesidad de sacerdotes, de personas consagradas y fieles laicos que, aferrados por el amor de Cristo estén marcados con el fuego de la pasión del Reino de Dios y disponibles a encaminarse por la senda de la evangelización” (Discurso del Papa Francisco a los participantes en el Encuentro de las OMP, Roma 2014)
“Es necesario revisar el propio estilo de vida: las misiones no piden solamente ayuda, sino compartir el anuncio y la caridad para con los pobres. Todo lo que hemos recibido de Dios —tanto la vida como los bienes materiales— no es nuestro sino que nos ha sido dado para usarlo. La generosidad en el dar debe estar siempre iluminada e inspirada por la fe: entonces sí que hay más alegría en dar que en recibir.” (Redemptoris Missio no. 81)
Asimilemos: Vamos a formar cuatro grupos, de manera proporcional para actualizar en nuestras vidas el IDEARIO de la IAM que sintetizan el talante que ofrece esta Obra a niños y adolescentes, y ver cómo nosotros estamos contribuyendo el cultivar en ellos el amor y carisma misionero universal. Se le entrega un pliego de papel bond y plumones a cada grupo para que a partir del ideario que les tocó, hagan un cartel y lo expongan en plenaria.
ÞGrupo #1: Con relación a los ejes de información-formación: Ojos abiertos. Infórmate. Fórmate. “Si quieres ser misionero, has de preocuparte por descubrir y conocer a los niños de otros países”.
ÞGrupo #2: Para expresar la dimensión espiritual de la cooperación: Corazón ardiente. Reza. “Si quieres ser misionero, has de acoger en tu corazón a todos los niños del mundo y, en el calor de la fraternidad, hacerlos presentes en tu oración a Dios”.
ÞGrupo #3: En orden a vivir la dimensión material de la cooperación: Manos abiertas. Comparte. “Si quieres ser misionero, has de extender tus manos hacia los hermanos, los de cerca y los de lejos, para dar y recibir”.
ÞGrupo #4: Para formular la cooperación personal, la disponibilidad a llevar el Evangelio al mundo entero, viviéndola ya en el “hoy” y ambiente de cada día: Pies ligeros. Evangeliza. “Si quieres ser misionero, has de extender el mensaje de Jesús allí donde estés con tu palabra y tu vida”.
>>>>>>>Realizar plenaria. Pasando todo el grupo.
Proyectemos:
Pensemos en nuestro “ser y quehacer” cristiano; en el nos va cincelando el Espíritu para hacernos conforme a la imagen de Jesús. Asesor/catequista… contempla los ojos, el corazón, las manos y los pies de Jesús: Jesús anduvo por este mundo con los ojos muy abiertos, y se servía de la vida –los quehaceres de casa, la naturaleza, las tareas agrícolas, etc.– para penetrar en el Reino y anunciarlo. El corazón le ardía en amor al Padre hecho vida en la oración y en amor a todos, con concreciones personales, sin exclusión de nadie, y hasta detalles insospechados. Sus manos se extendieron para abrazar, bendecir, acoger, tocar, sanar, perdonar, compartir. Y sus pies se movieron por toda la geografía de su pueblo para llevar a todos y a cada uno la mejor noticia nunca escuchada por la humanidad: Dios te ama. Y a nosotros nos dice: “El que quiera ser mi discípulo, que me siga”.
Anotamos en nuestro cuaderno misionero un propósito como grupo parroquial y otro personal, para ser mejores animadores y formadores misioneros que contribuya eficazmente en la concientización de la corresponsabilidad misionera en los niños, adolescentes y demás fieles. Tener en cuenta el ideario.
Canto: Más allá de tus fronteras (pág. 4)
Seamos uno: Para este momento de oración entregamos a cada asesor o catequista una velita, la cual será encendida por cada uno desde el Cirio Pascual mientras se va realizando juntos la oración del Animador. Al finalizar se reza una Ave María.
“Hemos visto y tocado a aquel que es la vida y os lo comunicamos para que vuestra comunión con nosotros llegue a su plenitud y vuestra alegría también sea plena” (cf. 1 Jn 1,1-4). Danos, a los animadores misioneros, un espíritu misionero en favor de nuestros grupos, Señor.
Llama, Señor, a nuevos animadores misioneros para nuestra Iglesia local. Pablo de Tarso fue para ti un buen animador. Pablo es portador de tu luz poderosa para la comunidad de Corinto cuando les dice: “Todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos, conforme a la acción del Señor, que es Espíritu” (2 Co 3,18).
“Misericordiosamente investidos de este ministerio, no desfallecemos. Antes bien, hemos repudiado el callar por vergüenza, no procediendo con astucia, ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios” (2 Co 4,1-2).
“No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús. Pues el mismo Dios que dijo: ‘Del seno de las tinieblas brille la luz’, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo. Pero llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que la extraordinaria grandeza del poder es de Dios y que no viene de nosotros” (2 Co 4,5-7).
Así te presentaste en Nazaret con la profecía: “Me ha enviado a llevar la Buena Noticia a los pobres” (cf. Lc 4,16-19).
Reúne, Señor, a tu Iglesia y hazla cada día más numerosa allí donde enviaste a nuestros misioneros. Fórmanos a nosotros para apoyar estas misiones y para ir a ellas, si Tú nos llamas a este servicio.
Como hiciste elegir a Matías y a los siete diáconos: “Señor, tú conoces el corazón de todos; haznos ver a quién de estos dos has escogido…” (cf. Hch 1,21-26;6,1-7). Elígenos, para servir de animadores misioneros. Amén”

Dejar un comentario

Deja un comentario