La humanidad tiene tanta necesidad del Evangelio, fuente de la alegría, la esperanza y la paz. La misión evangelizadora tiene prioridad, porque la actividad misionera sigue siendo todavía hoy el mayor desafío para la Iglesia. Y "¡cómo quisiera encontrar – también para vosotros – las palabras para alentar una etapa evangelizadora más fervorosa, alegra, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida contagiosa!" (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 261).
El anuncio del Evangelio es la primera y constante preocupación de la Iglesia, es su tarea esencial, su mayor reto, y la fuente de su renovación. El Beato Pablo VI añadía: "y su vocación". De hecho, de la misión evangelizadora, de su intensidad y eficacia deriva también la verdadera renovación de la Iglesia, de sus estructuras y de su actividad pastoral. Sin la inquietud y el ansia de evangelización no es posible desarrollar una pastoral creíble y eficaz, que une anuncio y promoción humana. "La salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia" (Evangelii Gaudium, 15).
Mensaje del Papa Francisco a los Directores de OMP 2015.