El domingo 22 de octubre de 2017, Jornada Mundial de las Misiones, el Papa Francisco envió una carta al Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la CEP, encomendándole “la tarea de comenzar la preparación de este evento, en particular a través de una amplia concienciación de las Iglesias particulares, de los Institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica, así como asociaciones, movimientos, comunidades y otras realidades eclesiales”.
“El octubre de 2019 debería ayudar a todo el Pueblo de Dios a renovar su conciencia de la responsabilidad bautismal con respecto a la misión de la Iglesia para la evangelización de todo el mundo. Se ha dado un papel como ‘motor y promotor’, al Secretariado Internacional de la Unión Pontificia Misionera (PUM), que consiste en ser el alma coordinadora de las Obras Misionales Pontificias (OMP) junto con la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CEP) y la Pontificia Universidad Urbaniana (PUU) para esta iniciativa”. Lo ha recordado el P. Fabrizio Meroni, PIME, Secretario General de la PUM, Director del CIAM y de FIDES, en la Asamblea General de las OMP, celebrada en Roma en el mes de mayo 2018.
Repasando los pasos fundamentales del camino recorrido hasta ahora, desde la aprobación de la iniciativa del Papa Francisco; se han dado diversas reuniones de preparación, en diferentes niveles, subrayando las cuatro dimensiones que deben caracterizar el Mes Misionero Extraordinario, indicado por el Papa Francisco en su discurso a los Directores Nacionales de las OMP del 3 de junio de 2017.
Esas Cuatro dimensiones son:
1. El Encuentro Personal con Jesucristo vivo en su Iglesia: Eucaristía, Palabra de Dios, oración personal y comunitaria.
2. El Testimonio: de los santos y mártires de la misión y confesores de la Fe (canonizados o no) que son expresión de las Iglesias repartidas por el mundo entero.
3. La Formación: bíblica, catequética, espiritual y teológica sobre la Missio Ad gentes.
4. La Caridad Misionera: como apoyo material para el inmenso trabajo de la evangelización, de la Missio Ad Gentes y d ela formación cristiana de las Iglesias más necesitadas.
En el centro de esta iniciativa, en la que está involucrada la Iglesia Universal, estarán : la oración, el testimonio y la reflexión sobre la centralidad de la missio ad gentes como estado permanente de envío para la primera evangelización (Mt. 28, 19). El compromiso de la conversión personal y comunitaria a Cristo crucificado, resucitado y vivo en su Iglesia, renovará el ardor y la pasión de dar testimonio, con el anuncio y con la existencia cristiana, del Evangelio de la vida y de la alegría pascual (Lc. 24, 46-49). La misión de la Iglesia en los contextos humanos, religiosos y culturales que todavía no han sido impregnados por el Evangelio, supone que la transmisión de la fe pueda generar estilos de vida personales, culturas y modos de convivencia social, forjados por la alegría evangélica y los valores cristianos.
La fe cristiana se expresa como misión auténtica cuando está totalmente comprometida con la salvación del mundo. El testimonio de la caridad, el compromiso por la paz y la justicia, el diálogo intercultural con las tradiciones religiosas dentro del pleno respeto a la vida humana y a su dignidad, especialmente de los más pobres, estructuran la misión de la Iglesia en torno al anuncio de la Pascua de Jesucristo.
La missio ad gentes, señalada en Evangelii Gaudium como modelo de la acción pastoral ordinaria de toda la Iglesia (EG 15), representa lo que el Papa Francisco nos pide que pongamos en el centro de la conmemoración del centenario de la Carta Apostólica Maximum Illud, de su predecesor el papa Benedicto XV (30 de noviembre de 1919). Se trata de “poner la misión de Jesús en el corazón de la misma Iglesia, transformándola en criterio para medir la eficacia de las estructuras, los resultados del trabajo, la fecundidad de sus ministros y la alegría que estos son capaces de suscitar. Porque sin alegría no se atrae a nadie”.
Entre las iniciativas, que se está planificando un Congreso Teológico-Misionero internacional, promovido por la PUU, sobre el tema “Missio ad gentes. De la Maximum illud a la Evangelii Gaudium”, y en el encuentro con la Unión de Superiores y Superiores Generales, se ha considerado la posibilidad de reflexionar juntos sobre el tema “Anuncio, sacramento y testimonio en la Missio ad Gentes”. Tambien se ha iniciado la preparación de un texto común de animación misionera para octubre de 2019, con contribuciones de todo el mundo, que se publicará en versiones impresas y digitales, con textos en varios idiomas, como material fundamental, ‘de base’, con la función de estimular la creatividad eclesial local.
Seamos parte de esta gran fiesta misionera mundial y reflexionemos sobre todo este gran acontecer misionero de nuestra Iglesia. Y hagamos propias las palabras del Papa Francisco:
¡ NO DEJEMOS QUE NOS ROBEN LA ALEGRÍA DE LA EVANGELIZACIÓN! .