
El primer paso que se da es: definir con toda la familia el día de la reunión y designar para cada encuentro un coordinador, de manera tal que todos participen en su organización.
Luego se sugiere:
1. inicar con un canto o una dinámica agradable.
2. Compartir una oración familiar.
3. Una dinámica individual algunas veces y otras que nos permitan profundizar sobre un tema de formación misionera.
4. Y unos compromisos que nos proyecten a servir a otras familias, compartir sobre el cumplimiento de los compromisos y sobre todo en qué les ayudó.
5. Se termina con una oración por todas las necesidades del mundo.