Oraciones

CONSAGRACIÓN DIARIA DEL ENFERMO MISIONERO

Señor Jesucristo, que me has llamado a participar de tu cruz,
crucificándome por la enfermedad y la invalidez,
te ofrezco hoy mi vida y mis sufrimientos,
y todas las penalidades de mi vida, y te pido
que las unas a las que padeciste en tu Pasión.
Ofréceselas al Padre Celestial
por la santificación de los misioneros,
por la multiplicación de las vocaciones apostólicas y
la confesión y acercamiento a Dios de todos los hombres.
Creo, Señor, que el dolor purifica y conduce a la santidad.
Creo que Dios está cerca de aquellos que sufren con Él.
Fortalece mi fe y dame la suficiente generosidad y
todo el amor necesario, y cuando el sufrimiento sea más pesado
y las pruebas más duras, haz que pueda responderte
con un convencido "hágase tu voluntad"

Amén

ORACIONES QUE PUEDEN AYUDARTE A VIVIR MEJOR TU ENFERMEDAD

Oración para la mañana

Dios mío, te adoro y te amo con todo mi corazón. Te doy gracias por haberme creado, hecho cristiano y haberme conservado la vida para regalarme este nuevo día. Cristo Jesús, que me has llamado a participar de tu cruz, por la enfermedad, la invalidez y las limitaciones, hoy deposito mi vida en tus manos con sus sufrimientos e incomodidades, para que las unas a tu obra redentora, como lo hizo tu Madre al pie de la Cruz. Dígnate ofrecerla a tu Padre celestial por la santificación de los misioneros, la multiplicación de las vocaciones apostólicas, la conversión de los no creyentes y la extensión de tu Reino en el mundo entero. Maestro Bueno: Bendíceme en este día que comienza, y haz que yo acepte con alegría los sufrimientos para mayor gloria tuya. Dame la suficiente generosidad y todo el amor necesario para sonreír en medio de la prueba, transmitiendo esperanza a los que me rodean. Y cuando la cruz sea más pesada, dame la fuerza suficiente para responder como tú: "Padre, hágase tu voluntad".

Oración para la noche

Señor y Dios mío, te adoro y te doy gracias por este día que concluye. Tú conoces mi existencia, sabes de mi dolor. Has visto mis ojos llorar, mi rostro triste, mi cuerpo doliente y la tristeza que ha pasado mi alma. Seguiré tus pasos, porque "tu yugo es suave y tu carga es ligera". Hazme comprender tus sufrimientos, tu amor hacia los hombres. Sé que estoy cumpliendo en mi vida lo que le falta a tus dolores de la cruz. Ayúdame a sufrir con alegría, sin quejarme. Ayúdame a sufrir con amor. Te pido por todos los que sufren, los pobres, los abandonados, los enfermos, los que no tienen siquiera un poco de cariño, especialmente por todos aquellos que no te conocen. Te pido por todos los enfermos y ancianos misioneros del mundo, para que perseveren con fortaleza y valentía en este camino de la oración y la entrega total en beneficio de la salvación de los hombres. Señor, sé que todo, también el dolor, lo dispones para bien de los que amas. Te ofrezco el descanso y todos los momentos de esta noche y te ruego me conserves sin pecado. Te pido perdón por todas las faltas que pude haber cometido a lo largo de este día. A ti encomiendo mi alma y te entrego mi vida. Toma Señor mi cansancio y hazme reposar en tu presencia. Amén.

COMUNION ESPIRITUAL

En el caso de no poder asistir a la celebración de la Misa por encontrarse impedido físicamente debido a la enfermedad, y de no contar con la posibilidad de recibir la visita de un Ministro de la Eucaristía para recibir la sagrada Comunión, puede realizarse la Comunión Espiritual. Jesús mío, yo creo firmemente que estás presente en el santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte mi alma. Ya que no puedo recibirte ahora sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón. (breve pausa) Ahora que has venido a mi corazón, te abrazo y me uno completamente a Ti. No permitas que nunca me aparte de tu amor. Padre mío, te ofrezco la sangre preciosísima de Jesucristo en expiación por mis pecados y por la salvación del mundo entero.

ORACIÓN DE UN ENFERMO

Señor Jesús, te agradezco el don de la vida. Tú conoces las personas y las circunstancias que me han formado ya sea física, emocional y espiritualmente. Ellas, y las más íntimas experiencias de mi mente y de mi corazón, me han hecho la persona que soy ahora.Perdóname, Señor, por todas las veces que te he fallado, por mi fallas contra mí mismo y los demás. Al mismo tiempo, perdono a todos los que me han fallado de alguna manera y me han herido.

Ayúdame a ver que mi enfermedad tiene una parte muy importante en mi vida. Ella me ayudará a ser plenamente la persona que Tu quieres que yo sea. No permitas que yo pierda o desperdicie lo que Tú quieres hacer conmigo para hacer completa mi vida en esta tierra y para preparar mi vida contigo en el Cielo.Ahora yo no puedo orar de la manera que quisiera. (Estoy adolorido, cansado confundido). Te pido que aceptes cada uno de mis respiros como un acto de amor y de confianza en Tí. Tú eres mi Salvador. Yo quiero descansar sobre tu amante Corazón en la seguridad y en la paz, como un niño en los brazos de su padre. Yo sé que Tú no me abandonarás.Amén

ORACION POR LAS MISIONES

Padre de bondad, Tú que eres rico en amor y misericordia, que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación, escucha a tu iglesia misionera. Que todos los bautizados sepamos responder al llamado de Jesús: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos". Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre anuncian la Buena Nueva del Reino. María, Madre de la Iglesia y estrella de la evangelización, acompáñanos y concédenos el don de la perseverancia en nuestro compromiso misionero. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR LA SALUD.

Padre nuestro, que estás en los cielos, al igual Que el sol ilumina la tierra y le da color y vida, él Nos recuerda tu amor. Porque es en ti en quien vivimos, Nos movemos y existimos. De la misma manera que has estado entre nosotros muchas veces. A la hora de la dificultad, en el
pasado, continúa bendiciéndonos ahora con tu ayuda. Mira, Señor, con bondad lo que se está haciendo en provecho mío. Guía con sabiduría al médico y todos los que cuidan de mis necesidades. Préstales tu fuerza curativa, para que me sea devuelta la salud y la fortaleza. Y te daré gracias Por tu generoso y solícito cuidado. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACION DE OFRECIMIENTO DEL DOLOR

Oh Señor!, Nosotros los enfermos, nos acercamos a ti. Cuando todos sonríen nosotros lloramos en el silencio. Mientras todos trabajan, nosotros descansamos forzosamente en una quietud más fatigosa que la misma labor. Haz Señor, que comprendamos la sublime fuerza misionera del dolor en Cristo. Por el aumento de Vocaciones Sacerdotales, los infieles y por los pecadores aceptamos nuestro estado de enfermos. Por ellos ofrecemos la vigilias atroces en noches interminables, la sed de las fiebres altas; las pulsadas de Inyecciones, las curas dolorosas, el abandono, la soledad y el desprecio. Recoge Señor en tus manos clavadas, nuestra inutilidad y dale una eficacia redentora y universal. Amen.-

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA POR LA SALUD DE LOS ENFERMOS

Autor: Su santidad Juan Pablo II

Oh Virgen María, Salud de los enfermos, que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo, participando íntimamente de sus dolores, acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él, para que las semillas esparcidas durante el Jubileo sigan produciendo frutos abundantes en los años venideros.

Madre misericordiosa, con fe nos volvemos hacia Ti Alcánzanos de tu Hijo el que podamos volver pronto, plenamente restablecidos, a nuestras ocupaciones, para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo. Mientras tanto, quédate junto a nosotros en el momento de la prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro "sí", seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien más grande.

Virgen Inmaculada, haz que los frutos del trabajo de la iglesia sean para nosotros y para nuestros seres queridos, prenda de un renovado empuje en la vida cristiana, para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitado encontremos la abundancia de la misericordia de Dios y la alegría sin fin del Cielo. Amen.-

ORACIÓN POR LA PROPAGACIÓN DE LA FE

Amabilísimo Señor Nuestro, Jesucristo, que haz redimido el mundo con el precio de tu preciosísima sangre, vuelve misericordioso la mirada sobre la pobre humanidad que en tan gran parte está sumergida en las tinieblas del error y en la sombra de la muerte, y haz que sobre ella resplandezca íntegramente la luz de la verdad.

Multiplica, Señor, los apóstoles de tu Evangelio, enfervorizado; fecunda y bendice con tu gracia, su celo y sus fatigas, para que por sus medios los infieles te conozcan y se conviertan a Ti, su Creador y Redentor. Llama otra vez a tu redil a los que andan errantes y a los rebeldes al seño de tu única y verdadera Iglesia.

Apresura, oh amabilísimo Salvador, el ansiado advenimiento de tu Reino sobre la tierra; atrae a tu Corazón dulcísimo a todos los hombres para que todos puedan participar de los incomparables beneficios de tu redención en la eterna fidelidad del Paraíso. Amén.

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