“La figura de Mons. Romero nos cuestiona, nos desafía, nos compromete a los obispos”, aseguró el Arzobispo de San Salvador (El Salvador), Mons. José Luis Escobar Alas, al culminar laMisade Pentecostés y de acción de gracias por la beatificación de su predecesor.
La Misa se realizó en la Catedral de San Salvador en cuya cripta se encuentra la tumba de Mons. Romero. A un lado del altar se expuso la reliquia del Beato: la camisa ensangrentada que llevaba puesta cuando fue asesinado.
Mons. Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras presidía la Misa en la capilla del Hospital La Divina Providencia en San Salvador. Ese mismo año comenzaba una guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno dictatorial de derecha que se prolongaría por más de una década.
El martirio del Arzobispo salvadoreño fue reconocido por el Papa Francisco a inicios de 2015.
A la ceremonia de beatificación de Mons. Romero, el 23 de mayo, asistieron más de medio millón de personas, de acuerdo a cifras difundidas por la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador.
En rueda de prensa posterior a la Misa, Mons. José Luis Escobar Alas señaló que el Beato Óscar Romero “nos marca el camino, es un modelo a seguir para los obispos”.
“Nos desafía a los obispos quetenemos este compromiso de ser buenos pastores como él”, indicó, asegurando que este desafío se aplica “también a los sacerdotes, a todo cristiano, a todos los que tienen responsabilidad en la sociedad, a los políticos, a los funcionarios”.
El Arzobispo de San Salvador confesó además sentirse “muy indigno y conmovidoal estar en la misma cátedra que él estuvo”. “Mons. Romero está en elcieloglorificado y desde allá nos bendice”, señaló.
Mons. Escobar Alas se refirió además al desafío de la reconciliación en El Salvador, un pueblo fuertemente polarizado que vive además una intensa ola de violencia debido a las pandillas.
Al recordar la carta que le envió el Papa Francisco con ocasión de la beatificación de Mons. Romero, que fuera leída el 23 de mayo durante la ceremonia, el Arzobispo de San Salvador destacó que el Santo Padre “nos ha pedido eso, una sociedad reconciliada, ese es el milagro”.
Mons. Escobar Alas manifestó estar "convencido de que Mons. Romero dio suvidapor eso, queriendo la paz, queriendo la dignidad de las personas más pobres y marginadas, queriendo la justicia social, queriendo el bien para todos, sin excepción, y entonces habría la paz”.
“No lo hemos conseguido. Esto es una pena para nosotros”, lamentó, pero destacó que “cuando digo nosotros nos incluimos todos, porque todos somos culpables” indicó.
Para el Prelado “no se trata de señalar a uno o señalar al otro, veamos cada uno hasta qué punto es responsable”.
“Hoy tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos, como Mons. Romero, que fue capaz incluso de dar la última gota de su sangre pidiendo un Salvador mejor, en paz”, dijo.
Minutos antes, durante su homilía, Mons. Escobar Alas aseguró que los salvadoreños “estamos inundados de gozo, nuestro corazón exulta de alegría por la dicha de ver en los altares a nuestro amadísimo Mons. Óscar Romero”.
“Lo primero que viene a nuestro corazón es el sentimiento profundo de gratitud: agradecer ante todo y sobre todo a Dios, porquela santidad es principalmente un don de Dios. El cielo se ha abierto para bendecirnos dándonos un santo, y qué mejor que en el marco de la solemnidad de Pentecostés”.
Esto, destacó, no se trata de una “casualidad, es providencial, porque su vida estuvo siempre iluminada, fortalecida y llena del Espíritu Santo”.
Quien le dio “ese amor sin límites”, dijo el Prelado, “es el Espíritu del Señor”.
El Arzobispo de San Salvador alentó a los fieles a “escuchar la voz del Espíritu Divino, que nos habla constantemente, que nos va siempre animando en el bien, dando fuerzas para vencer el mal, para responder con bendición a las maldiciones, con bondad al mal, y así venceremos”.
Solo cuando los salvadoreños sean “capaces de adecuar nuestra voluntad a esa voluntad divina, nuestro pensamiento a ese pensamiento que nos ilumina”, dijo, “solo entonces vamos a poder perdonar, ser agentes de reconciliación verdaderamente, devolviendo bien por mal”.
Entre los agradecimientos a las autoridades religiosas que impulsaron la causa de beatificación del nuevo Beato, Mons. Escobar Alas subrayó que “es verdaderamente admirable cuánto ama el Papa a Mons. Romero”.