Catequesis 2: “El anuncio del Evangelio es un DON de AMOR”

Segunda Semana

“El anuncio del Evangelio es un DON de AMOR”

Objetivo de la Semana:

Dar su verdadero sentido Redentor al sacrificio y al sufrimiento. La invitación de esta semana es unirnos a la cruz de Cristo y ofrecer por la evangelización del mundo nuestras obras de penitencia y la aceptación de nuestros dolores.

También se nos invita en esta segunda semana a contemplar la vida de Jesús; conocer y valorar la vida de sacrificios y entrega de los misioneros.

Veamos la realidad:

El Papa Francisco nos dice en su mensaje: “Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su corazón traspasado se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad entera”.

Frente a una sociedad que muestra tanto dolor y muerte, inseguridad y pobreza. Frente al anhelo paz del pueblo, frente al vacío de fraternidad en una sociedad que se ha materializado y que es indiferente a la necesidad ajena, el Papa Francisco nos invita a todos en especial a los jóvenes a “seguir siendo capaces de dar testimonio valiente y de realizar hazañas generosas a veces contra corriente: no dejéis que os roben el sueño de una misión auténtica de un seguimiento de Jesús que implique la donación total de si mismo” y acentúa más adelante en su mensaje “MIDAN LA DISPOSICIÓN A ACEPTARLA POR LO QUE ES; UN DON DE AMOR AL SERVICIO DEL ANUNCIO DEL EVANGELIO”

Todo esto requiere apertura, búsqueda, sacrificio, renuncias y empeño. Rupturas de estilos de vida incoherentes con la misión de Jesús. En el fondo nos está proponiendo trabajar por la unidad en estos esfuerzos, una mayor coordinación y crear estructuras que hagan posible la Koinonía “de forma que la colaboración y la sinergia sean una parte integral del testimonio misionero”.

Juzguemos:

El Papa Francisco nos dice con aplomo: “Es urgente volver a proponer el ideal de la misión en su centro: Jesucristo y en su exigencia: la donación total de sí mismo a la proclamación del evangelio… el anuncio del evangelio, antes de ser una necesidad para aquellos que no lo conocen, el anuncio del evangelio es una necesidad para los que aman han al maestro”. Además, el Papa retoma una preocupación suya, “existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres, nunca los dejemos solos (E.G.48) lo que implica entonces estar dispuestos a los sacrificios que sean necesarios para cumplir la misión”.

Y, si tomamos en serio el mensaje del Papa Francisco debemos resaltar que “no puede haber ninguna concesión sobre esto, quien, por la gracias de Dios, recibe la misión está llamado a vivir la misión. Para las personas el anuncio de Cristo, en las diversas periferias del mundo, se convierte en la manera de vivir el seguimiento de El que recompensa los muchos esfuerzos y privaciones. Cualquier tendencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada de nobles motivos relacionados con las muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está en consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del evangelio”. Es urgente pues, reflexionar sobre esta valoración de la misión y hacer cuanto sea necesario para aplicarlo en la vida misionera.

Actuemos:

La dimensión misionera que el Papa nos Ilumina es intrínseca a toda forma de vida consagrada de religiosos y religiosas; y también de laicos y laicas. Y no puede ser descuidada. “El evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres”. En esta segunda semana del mes de misiones, queremos con esta catequesis ANIMAR a visualizar que la misión entraña sacrificio y que hay que estar dispuestos a ello. Para animar y fortalecer a los que andan en misión, también podemos ofrecer sacrificios, penitencias y hacer cuanto pueda apoyar la misión.

Celebremos:

Promoviendo actividades de reflexión y sacrificios en pro de las misiones. Sugerimos las siguientes:

  • Conocer y valorar la vida de sacrificio y de entrega de los misioneros. Reflexionando esto en familia y en las comunidades cristianas, en los equipos de pastoral.
  • Ofrecer una misa por los enfermos, invitándolos y haciéndolo muy solemnemente.
  • Proponer a los estudiantes la ofrenda “de horas” de estudio por las misiones.
  • Fortalecer en la misión permanente la visita a los enfermos, ancianos hermanos que pasan necesidad.
  • Ofrecer sacrificios por los frutos de la misión en todo el mundo.
  • Llevar víveres y medicamentos a los necesitados haciéndolo en forma personal.

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