Basados en la "Escuela con Jesús" les ofrecemos estas 4 guías para que las familias puedan celebrar de una mejor manera este Adviento:
- CATEQUESIS MISIONERA (APRENDER, CONOCER, VER)
- ESPIRITUALIDAD MISIONERA (Hacer vida, celebrar, interiorizar)
- PROYECCION MISIONERA (Hacer discípulos, acción, compartir la fe)
- COMUNION MISIONERA (Revisar y fortalecer la vivencia comunitaria)
I ENCUENTRO – CATEQUESIS MISIONERA
(APRENDER, CONOCER, VER)
Primer Domingo de Adviento
Tema: “Velen y estén preparados”
Canto: “Tiempo de Espera “
Oración Inicial: (Se enciende la primera vela de la corona de adviento). Señor, ya se acerca la Navidad y como familia queremos acercarnos a ti. Encendemos esta luz para decirte que de manera especial queremos velar por mantener encendido en nosotros el don de la fe, pues con ella saldremos a tu encuentro. Señor ayúdanos a fomentar esta virtud como familia y a vivir este tiempo de espera contigo. Todos: TE ESPERAMOS, ¡VEN SEÑOR, JESUS!
Semilla Misionera: (San Marcos 13, 33-37)
Reflexión: Hoy iniciamos el Adviento. Adviento –en latín, “adventus” significa “llegada”– es el tiempo que va desde el día de Cristo Rey hasta la Navidad, y que nos prepara espiritualmente para celebrar con gozo y con óptimas disposiciones interiores el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en la tierra, momento maravilloso de nuestra salvación. En estas semanas previas a la Navidad, la Iglesia entera aguarda con júbilo la nueva “llegada” del Mesías, del Hijo de Dios, de nuestro Redentor, de nuestro hermano Jesús, hecho Hombre como nosotros y nacido para redimirnos.
Se cuenta que un famoso artista pintó un bello cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas y una gran concurrencia de espectadores. Llegado el momento, se tiró el paño que cubría el cuadro. Un estallido de aplausos hizo retumbar el salón. Una impresionante figura de Jesús tocaba suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, pretendía oír si adentro de la casa alguien le respondía. Se pronunciaron discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Sin embargo, un observador muy curioso y perspicaz, encontró un fallo en el cuadro y se lo hizo notar a su autor: la puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista, no sin cierta picardía: –“Oiga, su puerta no tiene cerradura. ¿Cómo se hace para abrirla?” –“Así es– respondió el pintor. Usted ha observado bien. Esa casa no tiene puerta porque representa el corazón del hombre. Sólo se abre por el lado de adentro”.
Si nosotros queremos que Cristo venga a nuestra alma y nazca en nosotros esta Navidad, tenemos que abrirle nuestra casa desde adentro. Cada uno debemos prepara nuestro interior y al mismo tiempo prepara nuestra familia, para que Dios nazca en nosotros y en nuestro hogar. Hemos de preparar nuestro corazón cada uno, esto exige estar en vela para que el pecado y los vicios del mundo no hagan presa de nuestra vida. ¡Ojalá que le abramos la puerta y le dejemos entrar a nuestra casa esta Navidad! Tenemos cuatro semanas de Adviento para preparar nuestra alma.
Compartamos: (dialogo en Familia): ¿Que es para mí el adviento y como me deseo preparar?, ¿Cómo se viven estos días previos a la navidad en mi entorno?, ¿Cómo podemos prepararnos en familia durante este adviento?, ¿Cómo podemos compartir “esta espera” con los demás?, ¿A que nos comprometemos?
Seremos Misioneros: Rezar en familia todos los días, compartir lo que es el adviento y el don de la fe con nuestros demás familiares, amigos y vecinos.
Oración Final: Señor, despierta en nosotros el deseo de velar y estar preparados a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar en el Reino de los cielos. Por Jesucristo nuestro Señor… Amén. Todos: Padre Nuestro y Ave María. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
II ENCUENTRO – ESPIRITUALIDAD MISIONERA
(Hacer vida, celebrar, interiorizar)
Segundo Domingo de Adviento
Tema: “Preparen el camino del Señor”
Canto: “Ven, Ven Señor no tardes“
Oración Inicial: (Se enciende la segunda de la corona de adviento) Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel; nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas, el viejo tronco está rebrotando, florece el desierto… la humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas, y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. Todos: ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!
Revisión del compromiso misionero de la semana anterior: ¿lo pudimos cumplir? (si, no y ¿Por qué?) ¿Qué es los que se nos dificulto?, ¿Qué es lo que más nos gusto?
Semilla Misionera: (San Marcos 1, 1-8)
Reflexión: Preparar el camino es una llamada a la espera activa, ya no se trata sólo de estar despiertos; se trata de “hacer algo” para que el Señor pueda acercarse, para dejarnos tocar por Él; de hacer algo para, como el Bautista, allanar el camino que permita que el Señor pueda hacerse presente en nuestro mundo, en la vida de los que nos rodean. El esta ocasión vamos a acercarnos más a Jesús a través de los ojos de nuestra madre María con el rezo del Rosario, decía el beato Juan Pablo II: "Recitar el santo rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo” en esta preparación de nuestro corazón en camino a la navidad, como familia debemos cultivar el contemplar momentos de oración, de meditación de la palabra de Dios y de Practicas de Oración que nos ayudan a cercarnos a El.-
Actividad: Vamos a rezar como familia, el “Rosario Misionero” para que Jesús reine en los corazones de las personas del mundo entero y comiencen ya a “prepararse el camino en los corazones de todos los seres humanos” para recibirlo en esta navidad.
1.- Se comienza con la Señal de la Cruz.
2.- Se ofrece el Rosario por alguna intención en especial.
3.- Dependiendo del día de la semana, se rezarán los misterios que corresponda, se añade la intención por cada continente según el color, y se reza el padre nuestro, 10 ave María y el Gloria. (Se puede añadir alguna jaculatoria)
4.- Se reza 1 Padrenuestro y 3 Avemarías por el propio país, para que Dios suscite espíritus generosos y entregados a la evangelización y por todos los que aún no conocen a Cristo, para que pronto lleguen a encontrarse con El.
5.- Puede rezarse la siguiente Oración
"Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén."
6.- Se reza una Salve a la Virgen María
7.- Se finaliza con la Señal de la Cruz
Al terminar el Rosario Misionero, se ha rodeado el mundo entero, abrazando a todos los continentes y a todos los hombres en una gran oración universal.
Seremos Misioneros: También durante esta semana se invita a hacer momentos de oración con la biblia y de manera especial una visita al santísimo como familia, además del rezo del rosario en familia, de manera especial el 8 de diciembre día de la “Inmaculada Concepción”-
Oración Final: Padre de bondad, Tú que eres rico en amor y misericordia, que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación, escucha a tu iglesia misionera. Que todos los bautizados sepamos responder al llamado de Jesús: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos". Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre anuncian la Buena Nueva del Reino. María, Madre de la Iglesia y estrella de la evangelización, acompáñanos y concédenos el don de la perseverancia en nuestro compromiso misionero. Amén.
III ENCUENTRO – PROYECCION MISIONERA
(Hacer discípulos, acción, compartir la fe)
Tercer Domingo de Adviento
Tema: “Familias, testigos de la Luz”
Canto: “Ven, Salvador“
Oración Inicial: (Se enciende la tercera vela de la corona de adviento) Encendemos, Señor, esta tercera luz cercanos ya a la noche buena de la Luz Mayor, Queremos dar testimonio de tu Luz, Señor, como hizo Juan el Bautista, No somos nosotros la Luz, pero sí los testigos de la Luz verdadera venida a este mundo, Deseamos, Señor, con esta tercera luz que encendemos, que el fuego de tu Espíritu encienda nuestros corazones y el de nuestra familia para que nos convirtamos en ese verdaderos testigos de tu amor y ser por ti, luz para los demás.
Revisión del compromiso misionero de la semana anterior: ¿lo pudimos cumplir? (si, no y ¿Por qué?) ¿Qué es los que se nos dificulto?, ¿Qué es lo que más nos gusto?
Semilla Misionera: (San Juan 1, 6-8. 19-28)
Reflexión:El texto de hoy es un buen ejemplo de lo que significa ser testigo. Juan Bautista es el hombre que ha sido enviado por Dios a dar testimonio de la luz. Juan, como testigo, orienta toda su vida y actividad a descubrir al otro, a la luz, a prepararle el camino, a llevarle a la humanidad hacia Cristo. La familia comparte con todos los miembros de la Iglesia la responsabilidad por la evangelización de todos los hombres y pueblos. Ella misma es enviada a cumplir el mandato misionero de Jesús. La cooperación misionera de la familia se basa fundamentalmente en el testimonio que aporta de su vida según el Evangelio. La familia proclama con su vida y con su palabra las maravillas que Dios obra en su seno, “tanto las presentes virtudes del Reino de Dios como la esperanza de la vida bienaventurada” (LG 35).
Actividad: (UNA VISITA MISIONERA) como familia vamos a compartir con los demás, principalmente con los que nos rodean, vamos visitar algún familiar o amigos que tenemos mucho tiempo de saber de ellos y vamos a compartir con el amor de Dios, también podemos visitar algún vecino y compartir con ellos la verdadera alegría de la navidad.-
Juntos como familias debemos preparar una oración que haremos en el hogar que visitemos, algún juego o dinámica y sobre todo no olvidemos compartir nuestro propio amor de familia.
Al finalizar esta actividad es bueno propiciar el dialogo como familia misionera preguntándonos. ¿Cómo nos sentimos al llevar al palabra de Dios a los demás? , ¿Qué es lo que más me gusto? ¿Nos gustaría volver hacer una visita misionera? (Si, no y ¿Por qué?)
Seremos Misioneros: Durante esta semana vamos a preparar el camino con la oración diaria por cada continente, pidiendo por las realidades que se viven en cada región, pidiendo que Jesús nazca en los corazones de las familias del mundo entero y de manera especial en las familias salvadoreñas.-
Oración Final: En este tercer domingo de adviento Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté sólo, ni en la indiferencia o el aburrimiento; que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido. Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea el momento de alegría y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la riqueza mayor sea estar juntos. Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque Dios siempre está cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da. Señor Jesús. Hoy tenemos motivos de alegría: Tú estás viniendo, ya llegas, ya estás en medio de nosotros. Con el Bautista podemos decir: mi alegría está colmada; es preciso que Cristo crezca y que nosotros disminuyamos. Haznos testigos tuyos entre nuestros hermanos los hombres para que no seas tú el desconocido de nuestro mundo. Amén
IV ENCUENTRO – COMUNION MISIONERA
(Revisar y fortalecer la vivencia comunitaria)
Cuarto Domingo de Adviento
Tema: "He aquí la esclava del Señor"
Canto: Quiero decir que si
Oración inicial: Señor al encender esta cuarta vela, lo hacemos conscientes de que no basta con haber iniciado el camino. Las actitudes de velar, preparar y celebrar que has hecho surgir en nosotros al ser conscientes de la bondad de tus promesas, podrían apagarse con el paso del tiempo. Así sucede a veces con nuestro propósitos, nuestros compromisos e incluso con la vivencia del amor familiar. Queremos tener actitudes que duren por siempre, queremos perseverar. Por eso deseamos seguir ese ejemplo tan especial que nos diste en la Santísima Virgen: ella te dio su amor total en un SI continúo. Ella es la mujer que supo perseverar sin importar los riesgos, ni el qué dirán. Todos: Queremos responderte hoy y siempre Señor,
Semilla misionera: (Lc. 26-38)
Reflexión: Nuestra preparación y espera gozosa de Adviento no está completa sin María, la Madre de Dios. El Evangelio de san Lucas nos presenta a la Virgen en la Anunciación. Con sencillez y humildad María dijo: “SI” a Dios. Desde este momento el Verbo se encarna en nuestra humanidad; Jesucristo es el Hijo de David, pero también nuestro Hermano. Esta semana queremos acercarnos al Corazón de Aquella Mujer valiente que pronunció su “sí” a Dios, un “sí” fuerte, audaz, generoso, ejemplar, fecundo, consistente, fiel. En este itinerario espiritual queremos acompañar con ternura y amor de hijos a la Virgen Madre que se halla ya próxima al parto. Y mientras crece el júbilo por la celebración del nacimiento de su Hijo, el Salvador del mundo, crece también en nosotros la necesidad de expresarle desde lo más profundo de nuestro corazón nuestra inmensa gratitud: ¡Gracias María! ¡Gracias por ser plenamente mujer amando a Dios con todo tu corazón humano y femenino! ¡Gracias por tu “hágase” fecundo, radical, tan pleno de amor a Dios y a todos los hombres, tan desprendido de todo egoísmo! ¡Gracias porque por tu “sí” Dios se ha acercado a nosotros de un modo inaudito! ¡Gracias por tu generosa cooperación con Dios y con sus designios reconciliadores! ¡Gracias, Madre y Virgen tierna, por traernos al Reconciliador.
Al mismo tiempo, al acercarnos a ti Madre, al contemplarte, queremos que seas el modelo y ejemplo que inspire nuestro propio proceder. De ti queremos aprender a decirle siempre “sí” al Señor, tanto en las circunstancias más sencillas y ordinarias de la vida cotidiana, como también en las circunstancias más exigentes, adversas o dolorosas, o en aquellas en las que Dios me pide dejar de lado todos mis planes y proyectos para abrazar los suyos. De ti, Madre tierna y Mujer fuerte, queremos aprender a jamás permitir que nuestros temores e inseguridades, nuestros apegos a propios planes o visión de las cosas, o incluso a nuestros vicios y pecados, sean más grandes que nuestro amor a Dios y nuestro deseo de cumplir su Plan. De ti queremos aprender a decirle al Señor cada día y en cada momento de nuestra vida: “¡Hágase en mí según tu palabra!”
Compartamos: (dialogo en Familia):¿Quién es la virgen María para Mi?, ¿Qué virtud como familia podemos imitar de nuestra madre María? ¿Cómo hemos vivido este adviento?, ¿hemos logrado hacer nuestros compromisos?, ¿nos sentimos preparados para el nacimiento de Jesús?, ¿Qué nos falta como familia para seguir creciendo en la fe?, ¿estamos dispuestos a continuar?
Seremos Misioneros: Durante este semana previa a la navidad es importante propiciar momentos en familia donde compartamos nuestras experiencias, alegría, tristezas; dándonos el apoyo mutuo y buscando la unidad como familia en Cristo. Juntos hacer la novena de navidad.
Oración Final: Señor, despierta en nosotros el deseo de velar, de preparar, de celebrar y de perseverar en la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia, para que puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar en el Reino de los cielos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Todos: Padre Nuestro y el Ave María. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Archivo(s) adjunto(s):
PROPUESTA DE ENCUENTROS PARA FAMILIA MISIONERA.pdf |