1. Creo que el Dios de la vida está muy cerca de cuantos sufrimos en nuestros cuerpos y que su espíritu nos sostiene y estimula con la esperanza en la resurrección.
2 Creo que el dolor procura excepcionales consuelos al que lo acepta con visión de fe, porque dispone el espíritu humano para sintonizar con el Espíritu de Dios.
3. Creo que el dolor, asumido en la esperanza y en el amor, redime al mundo de sus pecados.
4. Creo que el dolor purifica al hombre de sus excesos materialistas y es para él ocasión de crecer en su dimensión espiritual.
5. Creo que el dolor incorpora al hombre a la Pasión de Jesús y le hace colaborador del Redentor en la misión de salvar al mundo.
6. Creo que el dolor, ofrecido por la acción misionera, es un servicio a la Iglesia universal.
7. Creo que el dolor, vivido a la luz del Evangelio, es un testimonio fuerte de la esperanza en la futura resurrección y, por ello, un medio de evangelización.
8. Creo que el dolor, unido al de Nuestro Señor Jesucristo, proclama la necesidad de conversión y el advenimiento del Reino.
9. Creo que Dios cuenta con el dolor de los hombres en su plan de liberación total.
10.Creo que el dolor temporal será transformado por el Dios de la salvación en gozo y vida por toda la eternidad.